Tamaulipas: Cómo se Vive en un Estado Militarizado

Mexican police
File Photo: LUIS ACOSTA/AFP/Getty Images

Breitbart Texas viajo a los estados Mexicanos de Tamaulipas y Coahuila para reclutar a ciudadanos periodistas dispuestos a arriesgar sus vidas para exhibir a los carteles que amordazan a sus comunidades. Los escritores recibirían una muerte segura a manos de los carteles que operan en esas áreas incluyendo a el Cartel Del Golfo y Los Zetas si no usaran un seudónimo. Breitbart’s Las Crónicas De Carteles serán publicadas tanto en inglés como en su contenido original de Español. Este artículo fue escrito por el escritor invitado @MrCruzstar de Reynosa.

REYNOSA, Tamaulipas — El paisaje cotidiano en las ciudades de México se ha transformado en los últimos años, una década después de iniciar la guerra contra el narco en el país la militarización es total, la forma de vida cambio en las comunidades en el norte del país.

Gradualmente el país, sobre todo los estados con mayor actividad del crimen organizado fueron militarizados en una década, la figura del policía municipal con uniforme civil, un radio de frecuencias y un revolver o escuadra es solo nostalgia, es muy probable que esa policía nunca regrese.

El crimen organizado migro a un esquema de empresa operando con grupos de corte paramilitar para expandir sus franquicias y cuidar sus territorios, las agencias de inteligencia ignoraron esto, cuando los grupos criminales rebasaron al gobierno, este recurrió a una estrategia de guerra usando a la milicia en labores competentes a civiles.

Los “buenos” contra los “malos”

La guerra llego junto a la perdida de garantías individuales de la población civil, el discurso oficial que vende “seguridad” permitiendo la violación de derechos humanos por parte de los militares es incluso justificado por un grupo de la población, los “buenos” combatiendo a los “malos”.

Perdimos el derecho al libre tránsito garantizado por nuestra constitución, en Tamaulipas vamos  a nuestros trabajos viendo caravanas de delincuentes armados por un lado y caravanas de militares por el otro, ¿Cómo es posible que no haya seguridad con un despliegue enorme de fuerzas armadas? Somos revisados en retenes ilegales tanto de gobierno como del crimen organizado, en los que se nos mira con desconfianza, se revisan nuestros teléfonos celulares violando nuestra privacidad y somos sometidos a exhaustos interrogatorios.

“El fin justifica los medios”

Las víctimas colaterales son solo números, accidentes que se justifican por el fin perseguido: “garantizar la seguridad y el estado de derecho”.  Un reciente hecho me hace analizar como el vivir en medio de una guerra nos ha insensibilizado como personas, nos acostumbramos a las balaceras, la violencia es tan cotidiana que ya forma parte de nuestra forma de vida, está presente en las conversaciones como un tema banal más.

En la ciudad de Reynosa la noche del 14 de enero en el bulevar Hidalgo, una de las principales vialidades de la ciudad, una camioneta SUV fue atacada por elementos de la Policía Federal, la suburban con tres familias a bordo fue el objetivo de las balas de los servidores públicos que criminalizan a la población civil según su criterio personal, por fortuna (en este caso) solo un padre de familia fue alcanzado por una bala resultando herido.

No hubo parte oficial, hubo comentarios de indignación en redes sociales, sin embargo el asunto se olvidó después de unos días, nadie fue responsable por este ataque y mucho menos recibió castigo. Los habitantes de esta ciudad tenemos dos frentes de los cuales cuidarnos, el crimen organizado y los militares (de la corporación que sea).

Nuevo paisaje urbano

Las figuras de autoridad ahora usan equipo táctico, armas largas, se desapareció a las policías preventivas civiles y se sustituyeron con militares, en dependencias de seguridad de gobierno del estado los elementos fueron entrenados por militares y visten como tales, las practicas brutales y el estigma de ver como criminales a los ciudadanos solo por su manera de vestir, por sus tatuajes  o por el vehículo que conducen son parte del día a día.

No justifico al crimen organizado, que se camuflagea entre la población civil, pero veo la ineficiencia de las agencias de inteligencia que nos cuesta bastante dinero, el abuso de las corporaciones y la falta de aplicación de protocolos para proteger a la población civil inocente.

“Wachos” (elementos de la secretaria de defensa) “ poliwachos” (militares que hacen labor de policía)  “polinegros” (Fuerza Tamaulipas) “popeyes”  (secretaria de marina)“federicos” (Policía Federal) estas palabras ya son parte de la jerga cotidiana en las ciudades fronterizas en el norte del estado. La militarización es un elemento más de la idiosincrasia local.

Circulo vicioso

Con el paso del tiempo estas corporaciones han caído en prácticas corruptas, la falta de coordinación y desconfianza entre las mismas instituciones terminan en confusiones donde inocentes son agredidos, detenciones donde criminales son extorsionados y liberados. Quienes deben garantizar el estado de derecho parece que compiten con los criminales cometiendo fechorías en estos tiempos.

COMMENTS

Please let us know if you're having issues with commenting.